Este lugar es una excusa, para hablar sobre cine, musica, comics; solo como simples observadores de lo desconocido, en busca de esas emociones que nos quitan el sueño, nos sacan de la rutina y nos alimentan.

Spex, Gonzo, Snaporaz

28 abril, 2008

El Extraño Mundo De David: Eraserhead de David Lynch

Ruido, un ruido incesante, un barrio cerrado o una factoría, el pasado, el presente o el futuro quizá. David Lynch (Missoula, Montana 1946), es un director de cine, que siempre ha filmado, sin restricción alguna, transcribiendo fielmente sus ideas, dando forma a un universo extrañisimo, que se toma el atrevimiento de no dar explicación alguna, y muchas veces deja al espectador con la palabra en la boca. Con una familia convencional, padres tranquilos y comprensivos, David paso su infancia sin complicaciones, pero maquinando un imaginario, que deformaria la aperente normalidad de las cosas.
Todos sabemos que nuestras circunstancias, muchas veces nos llevan, a romper con cierto molde, establecido por las tradiciones, la enseñanza de nuestros primeros años, el futuro que suponen nuestros progenitores. Con un amigo, Jack Fisk (quien interpreta a uno de los personajes en Eraserhead), parte hacia Europa para trabajar con el pintor expresionista Oskar Kokoschka, pero solo duran 15 días, preferia trabajar los misterios de su tierra. Ya terminada la secundaria en Alexandria, Virginia, pasando por distintas escuelas de arte, llega a Filadelfia, Pennsylvania, para ingresar en la Pennsylvania Academy of Fine Arts (PAFA).
Como herramientas complementarias entre si, la pintura, el dibujo, la música, sirven a David Lynch, para sacar de su mente, todo tipo de planteamientos. La experimentación en la década del sesenta, da lugar a trabajos como Industrial Symphonies, The Alphabet (68), la didáctica perversa de un abecedario que deteriora la salud, Six Men Getting Sick (66), un angustioso loop de sirena, la radiografia plástica de hombres enfermos, que engendran otros hombres enfermos. ead

The Grandmother (70), una abuela nacida de una semilla, pintura y animación cuadro x cuadro, junto con una imagen saturada, dan vida al deseo de un pálido niño. Recomiendo que consigan estas piezas, son bizarras realmente, un modelo de libertad creativa.
En 1971 David se traslado a Los Angeles, donde trabajaria en su opera prima, Eraserhead (77), ingreso al American Film Institute Conservatory, y gracias a un subsidio pudo dar el puntapié inicial, pero el proyecto se extendería unos años, debiendo buscar financiacion en varios lugares, la voluntad y ganas de filmar, dieron sus resultados. Para mi especialmente, la oscuridad representa como espacio y sensacion, mucho mas que malos augurios, maldad o todo tipo de sentimientos negativos. La mente en negro, es el pizarron donde nuestra imaginacion balbucea, plantea sin nuestro consentimiento, situaciones, miradas absurdas, ideas turbias e inquietantes, escupe las sensaciones del mundo que nos rodea a toda hora. La ciudad o poblado que habitamos, con el tiempo deja sus limites al descubierto y lo que ayer nos parecía desconocido, hoy ya forma parte de nuestra rutina, pero cuando el telón de la noche borra las percepciones, se abre el campo de juego de las alucinaciones.
Esta pintura en movimiento, que es Eraserhead, nos lleva en un viaje de silenciosa angustia, por la monótona vida de Henry Spencer (Jack Nance), una especie de empleado, que no sabemos de donde viene, donde trabaja y mucho menos si va hacia algún lugar. Un departamento inserto en un edificio, que a su vez parece embutido en una gran ciudad-fabrica, no sabemos a ciencia cierta el origen de este brumoso paisaje. Nuestro personaje vaga confuso e interactúa con su sonrisa lastimosa, con el resto de los desorientados seres, que no hacen mas que trastornarlo.
A medida que avanza la película, podemos ver como Henry asiste a una cena con sus suegros, se entera que va a ser padre, siente el fulgor interior de su vecina, nos muestra el interior vació de su vivienda, practicamente lo poco que tiene para hacer y decir sobre su presente. Esto en la mente de David Lynch se traduce de otra manera, el susurro macabro, la respiración de un lugar desértico, el día a día regido por extraños sucesos, un bebe deforme, con un llanto estremecedor y risa perversa, la paternidad tomada como normal, la mudez total de una mujer enloquecida, una niña de protuberantes mejillas, que canta en el interior de un calefactor.
Un panorama difícil de digerir, esta obra esta diseñada para el desconcierto, los elementos que la componen, el sonido fundamental y constante, las escenas en si mismas, son pequeños cuadros surrealistas, de una galería aun mas terrible, si tomamos las visiones de Henry Spencer como un cumulo de sus frustraciones y temores.
Lo interesante de todo el metraje que dura esta obra, son las secuencias que nos dejan, con la duda, de si estamos o no en una pesadilla, muchos aspectos tecnicos son geniales, no sabemos a ciencia cierta como a creado a ese engendro con rostro de ternero, la fusión de cuerpos en el encuentro de nuestro personaje con su vecina, un collage onírico en blanco y negro. Este director no es de dar explicaciones sobre sus trabajos, tal vez porque el, simplemente es un vehiculo de sus elucubraciones mas fascinantes.




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