Este lugar es una excusa, para hablar sobre cine, musica, comics; solo como simples observadores de lo desconocido, en busca de esas emociones que nos quitan el sueño, nos sacan de la rutina y nos alimentan.

Spex, Gonzo, Snaporaz

01 mayo, 2008

Sábados Cinéfilos

Siguiendo con el ciclo de cine (antes denominado Viernes Cinefilos!) este Sabado, mas cine silente pasara a traves de nuestras retinas y que mejor forma para volver al ruedo que con dos obras con mayusculas:

El Acorazado Potemkin
(Bronenosez Potemkin) – 1925

Después de ver “El Acorazado Potemkin” me doy cuneta de por que es uno de los films que con insistencia aparece en la lista de todo cinéfilo. Esta película dirigida por Sergei Eisenstein en 1925, ha sido un elemento, no solo de debate para cualquier aficionado amateur sino también material de estudios sobre los conflictos ideológicos. El peso histórico del film no es tan fiable como uno podría llegar a creer, lo cual no es excusa para que uno caiga encantado ante el poder de estas imágenes, el ejemplo mas fiable es la famosa escena del carrito con el bebe rodando escaleras abajo, homenajeada en películas tan disímiles como “Los Intocables” (Brian De Palma), “Brazil” (Terry Gilliam), “Star Wars: Episode III” (George Lucas) y hasta en la desopilante “La Pistola Desnuda 33⅓ - El Insulto Final”.
El uso que Sergei Eisenstein hace de la luz, las formas, los cuerpos, los primeros planos a rostros perplejos, son razones suficientes para que este film haya sido por mas de 80 años analizado ya sea por sus simbolismos como por sus citas visuales.
Al mismo tiempo esta, la segunda película de Eisenstein, forma parte de una serie de films de propaganda que dio comienzo con La Huelga (Stachka - 1924) y culmino con Octubre (Oktyabr - 1927) y La Línea General; Al conmemorarse el décimo aniversario de la victoria bolchevique, Eisenstein fue el elegido en su país para plasmar en la pantalla (en una manera casi-didáctica) el proceso revolucionario ruso, el cual le trajo unos cuantos dolores de cabeza debido a los críticos que le sugirieron al director dedicarse al montaje mas que a contar historias.
Convertido en estrella después de El Acorazado... Eisenstein no olvido con esta obra, llena de sensibilidad estética, llevar su mensaje político mas recordado: "la transformación del mundo llevada a cabo por hombres conscientes"; un mensaje que aun en estos días tiene un gran significado ideológico.

El acorazado original.

Fallecido a los cincuenta años Sergei Eisenstein, dejo en claro que su idea de cine era el "cine -puño" en oposición a su rival Dziga Vertov que insistía con el "cine-ojo", esto no le impidió ganarse el odio del mismísimo Stalin, disgustado con la segunda parte de "Iván El Terrible".
Su reestreno en 2004 no solo reavivo la flama del legado Eisenstein, sino que a su vez fue una gran oportunidad para el duo electrónico Pet Shop Boys quienes tuvieron la titánica tarea de componer una nueva banda sonora para el film que al año siguiente fue editado en un disco bajo el (obvio) titulo de Battleship Potemkin.
Para este cineasta con ambiciones de gloria, salido de la tierra de Lenin, ninguna metáfora es mas valiosa como aquella del león de piedra que cobra vida, una representación de su propia película, una obra que cobra vida cada vez que nuevos ojos la descubren.



Ficha Técnica:
Duración: 75 min.
Origen: Rusia
Dirección. Grigori Aleksandrov, Sergei Eisenstein
Interpretes: Aleksandr Antonov, Vladimir Barsky, Grigori Aleksandrov.

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Los Muelles de Nueva York
(The Docks Of New York) – 1928

Una película con una trama demasiada económica, pero no por eso menos interesante: Bill Roberts (George Bancroft) es un bruto fogonero que trabaja en un buque, quien esta de franco solo por una noche, cuando por casualidad le salva la vida a la vagabunda suicida Mae (Betty Compson). En la tumultuosa taberna Sandbar hablan hasta que deciden casarse. Lo que para el fogonero es solo una aventura de una noche causada por el alcohol, para la hermosa desdichada es quizás su única esperanza de convertirse en alguien decente. Ya casados, Bill (fiel a los siete mares), deja a la infeliz rubia y se marcha; sobre el final regresa arrepentido y terminan reconciliándose.
Simple pero efectiva gracias a la forma en que el director se las arregla para llevar a cabo los diálogos e incluso las miradas.
Las interpretaciones de Bancroft, como el fogonero tosco y bravucón que se abre camino en la taberna por medio de trompadas y golpes, y la de Compson, que se muestra por momentos indiferente y seductora con su lánguido pequeño cuerpito, son de una realeza increíble, en una película filmada en el año en que el cine sonoro había dado su primer paso con El Cantor de Jazz.

Los Muelles de Nueva York de Josef Von Sternberg cuenta con algunas de las imágenes mas bellas y reales (hasta ese tiempo) llevadas al cine: el ancla cayendo en picada a los pocos minutos de comenzado el film, el traveling de la cámara adentrándonos en el turbio bar Sandbar y la misma toma en reversa instantes después mientras una pelea de borrachos cierra el cuadro, la ondulante toma del mar cuando Mae se arroja al agua, sin olvidar por supuesto, la escena en que el compinche inseparable de Bill le enciende un cigarro a el y a su chica.
Sternberg daba pistas de lo que vendría años después (fundamentalmente con “El Ángel Azul”) cuando sus trabajos con la fatal Marlene Dietrich lo consagrarían en Hollywood.
Una pelicula con actuaciones tan reales que por momentos nos olvidamos que es muda.


Ficha Técnica:

Duración: 76 min.
Origen: EE.UU.
Dirección. Josef Von Sternberg
Interpretes: George Bancroft, Betty Compson, Olga Baclanova, Clyde Cook.


Sergei Eisenstein (arriba) y Josef Von Sternberg (abajo): viejos lobos de mar.

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